Más de 200 nadadores se reunirán este sábado 29 de junio en Tarifa para la primera edición de la Traversée Swim en el Mar Tarifa, una prueba de natación en aguas abiertas que combina deporte y solidaridad, y cuyos fondos se destinarán a un proyecto para la infancia de la Fundación Vicente Ferrer en Nepal.
La travesía está organizada por la empresa local Swim en el Mar, escuela de natación en aguas abiertas, y por Brazadas Solidarias. Brazadas Solidarias, vinculada a la Fundación Vicente Ferrer, es el mayor organizador de travesías solidarias en España, con más de quince años de trayectoria y un circuito compuesto por más de 20 pruebas repartidas en Andalucía, Murcia y Cataluña.
El interés de Brazadas Solidarias en Tarifa ha sido posible gracias al impulso de Swim en el Mar y al apoyo del Ayuntamiento de Tarifa y de más de veinte empresas locales. La respuesta de los nadadores a esta iniciativa también ha sido excepcional. Ya cuenta con más de 200 deportistas inscritos de toda Andalucía y la organización espera superar los 250.
La travesía ofrece dos distancias: 800 metros y 2500 metros, en la Playa de los Lances o en la Playa Chica. Las travesías de Brazadas Solidarias se caracterizan por resaltar los valores del deporte, como el espíritu de camaradería, la superación personal y la solidaridad, más que por la competición en sí.
Todo el dinero recaudado durante la travesía de Tarifa está destinado a apoyar un proyecto que permite a los niños nepaleses en situación de gran vulnerabilidad ir a la escuela.
La escuela de natación Swim en el Mar fue creada hace 4 años en Tarifa y ofrece clases de natación en aguas abiertas poniendo énfasis en la seguridad, la salud y el disfrute. El equipo de Swim en el Mar, además de dar clases en la región del Campo de Gibraltar, se desplaza por todo el mundo con su proyecto de enseñanza de habilidades acuáticas.
Se han especializado en el acompañamiento de procesos para superar el miedo al mar y también organizan recorridos de natación en el parque natural del estrecho. La escuela ofrece talleres de sensibilización sobre aguas abiertas en los centros escolares para crear una cultura acuática.
El proyecto solidario de la FVF en Nepal
La Fundación Vicente Ferrer, que trabaja en la India desde hace más de 40 años, ha puesto en marcha la primera fase de su internacionalización en Nepal, un país con una población que aún no se ha recuperado de las consecuencias del devastador terremoto de 2015. En los contextos de crisis, la infancia se convierte en la primera y principal víctima. Por ello, la Fundación está dando apoyo a tres colectivos: menores cuyas familias trabajan en los tradicionales hornos de ladrillo, una industria con un alto índice de empleabilidad infantil; niñas y niños con parálisis cerebral, y personas adultas con problemas de salud mental, cuya carga familiar recae en sus hijos e hijas.
Se calcula que en Nepal hay unas 750 fábricas de ladrillo, (cifras no oficiales apuntan a más de 1.000, porque muchas son ilegales) una industria que ha crecido al amparo de la construcción y la exportación a países ricos donde existe mayor regulación medioambiental. Son empleos que suelen estar ocupados por familias empobrecidas, la mayoría de las castas más bajas o dálits. Se trata de un trabajo temporal, que se desarrolla entre noviembre y mayo, época en la que no hay monzones.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 16% de la fuerza laboral de las fábricas de ladrillos está formado por menores, lo que supone que entre unos 20.000 y 30.000 niños y niñas que deberían estar en las escuelas sufren explotación laboral y riesgos a su salud por cargar pesos excesivos y exponerse a las nubes de humo tóxico que emanan de las chimeneas de los hornos.
La Fundación Vicente Ferrer está apoyando en Nepal a siete escuelas para que menores en edad preescolar (de 3 a 6 años) y pertenecientes a familias que trabajan en este sector reciban nutrición, ropa y cuidados mientras sus padres trabajan como temporeros. Sin este apoyo, los niños con toda probabilidad acabarían trabajando con ellos.
Esta intervención de la Fundación Vicente Ferrer en Nepal contempla también la rehabilitación y nutrición de menores con discapacidad en centros de día, el apoyo psicológico a sus madres y la sensibilización de las familias con hijos e hijas que cuidan a alguno de sus progenitores con enfermedades mentales para que no abandonen sus estudios.
En Nepal hay un alto índice de enfermedades mentales, pero escasos recursos para abordarlas. Muchas de estas patologías están desencadenadas por la alta incidencia de terremotos y otras catástrofes naturales en las que las familias más pobres lo pierden todo. Por otro lado, Nepal sufrió entre 1996 y 2006 una guerra civil cruenta cuyas consecuencias fueron devastadoras en las zonas rurales. Muchos adultos, que entonces eran niños, arrastran hoy secuelas físicas y psicológicas de aquel episodio.